jueves, 8 de enero de 2015

La Morocha



-Enrique  Saborido relató al semanario "Caras y Caretas" cómo fue la creación del difundido tango "La morocha", que compuso el 25 de diciembre de 1905.-
 
-Contó el autor que concurría al bar Ronchetti ubicado en Reconquista y Lavalle.-
 
-Un grupo de amigos ocupaba una mesa y en la misma Saborido charlaba muy entusiasmado con una muy bella cantante y bailarina uruguaya, esto no pasó desapercibido para los amigos, hasta que uno de ellos dirigiéndose a Saborido socarronamente lo azuzó, diciéndole que no era capaz de escribir un tango, que la cantante uruguaya Lola Candales pudiese cantar exitosamente.-
 
-Cerca de las 5 de la mañana todos se fueron retirando, y Saborido a punto de acostarse experimentó una inquietud al recordar lo sucedido, se puso al piano y a las 6½ concluía la partitura de "La morocha", pero... ¿y la letra?-
 
-A las 7 de la mañana acudió a pedir ayudo a su amigo Ángel Villoldo, quien a las 10 de la mañana había completado la música.-
 
-Los 2 amigos fueron en seguida a casa de Lola Candales, que al oír la música comenzó a ensayar el tango, que esa misma noche se estrenó en el bar Ronchetti, donde quienes más aplaudieron fueron los amigos retadores.-
 
-Tanto entusiasmo despertó el tango, que Lola tuvo que repetirlo hasta 8 veces.-

            La Morocha  -  tango de 1905
Música de Enrique Saborido y letra de Ángel Villoldo

Yo soy la morocha, la más agraciada, la más renombrada de esta población. Soy la que al paisano muy de madrugada brinda un cimarrón. Yo, con dulce acento, junto a mi ranchito, canto un estilito con tierna pasión, mientras que mi dueño sale al trotecito en su redomón. Soy la morocha argentina, la que no siente pesares y alegre pasa la vida con sus cantares. Soy la gentil compañera del noble gaucho porteño, la que conserva el cariño para su dueño. Yo soy la morocha de mirar ardiente, la que en su alma siente el fuego de amor. Soy la que al criollito más noble y valiente ama con ardor. En mi amado rancho, bajo la enramada, en noche plateada, con dulce emoción, le canto al pampero, a mi patria amada y a mi fiel amor. Soy la morocha argentina, la que no siente pesares y alegre pasa la vida con sus cantares. Soy la gentil compañera del noble gaucho porteño, la que conserva el cariño para su dueño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario